Al principio, sólo existía la Energía del Vacío; lo más puro y perfecto: Binahbriah.
En
Binahbriah existía una conveniente proporción y correspondencia entre las magnitudes físicas que tenían su origen en los elementos que configuran la realidad del universo. Las fuerzas que actuaban sobre ella se compensaban y anulaban mutuamente creando una estabilidad en la duración de todo aquello que estuviera sujeto al cambio.
Binahbriah era la quintaesencia, el fundamento o principio de todas las cosas.
Del continuo devenir de estas fuerzas se originaron los primeros seres del universo: los
ashim, criaturas etéreas que rodeaban, absorbían y, a su vez, protegían la intrínseca cualidad de
Binahbriah.
Pero la energía oscura, que también está presente en el continuo devenir del espacio-tiempo, produjo una presión negativa que incrementó la aceleración de la expansión del universo, confundiendo materia y energía e inmiscuyéndose en el mismo centro del vacío, creando un órgano palpitante y lleno de vida del que se desprendieron sentimientos confusos e irracionales.
Los
ashim sufrieron mutaciones y absorbieron la materia de un modo irracional. A unos les surgieron alas, otros se transformaron en seres espantosos pero todos coincidieron en que podían apreciarse en longitud y profundidad. Eran visibles. Eran materia.
Y sus cuerpos materiales necesitaban espacios que ocupar. Y
Binahbriah creó la morada de los
ashim:
AnKhordan. Y la situó por debajo de la suya propia:
La-Duath, que compartió con aquellos
ashim que no habían sufrido una extrema evolución y aún conservaban gran parte de la esencia de
Binahbriah y a quienes llamó
elohim (el más fuerte).
Pero enseguida tomaron posesión de
Ankhordan aquellos que habían adquirido una conciencia mayor que los demás y cuya soberbia les impedía compartir aquel mundo que se les había dado. Se hicieron llamar así mismos los
aralim y con el poder que les permitía interpretar y manipular las leyes del universo crearon dos mundos por debajo del suyo:
Wylon, donde permanecieron aquellos
ashim que no perdieron su inmortalidad y
Hernia, a dónde fueron enviados aquellos que experimentaron en mayor medida el poder de la energía oscura, aquellos
ashim que habían asimilado la materia hasta tal punto que habían perdido su inmortalidad.
Y así nacieron las razas de
Hernia. Los primeros
ashim que habitaron
Hernia fueron los llamados
Grigoris, mientras que aquellos que permanecieron en
Wylon fueron llamados
malak y serían los encargados de supervisar el desarrollo y la estabilidad en el terrenal mundo de
Hernia.